Es un bandolero. Es rudo, estoico, monta a caballo por las agrestes sierras y dispara un trabuco tan mortífero como su hombría. Tiene más pelos en el pecho que un oso y seguro que se afeita sin espuma. ¿Qué digo, espuma? ¡Se afeita a guantazos y el vello huye de su cara entre gritos de terror!