La gente dice que el tiempo lo cura todo. Pero un plato que se ha roto no se puede arreglar. Lo puedes pegar, mas siempre va a tener pequeñas marcas recordando que un día se rompió
Me sentí como un insecto adormecido por el veneno de una araña, atrapada en su tela, aletargada y a merced del caprichoso apetito de su anfitriona. Su mirada provocaba ese efecto; te apresaba sin apenas dejarte tregua para la más cobarde de las huidas.