Todo lo que puedo hacer es esperar, dejar pasar los dĂas. El tiempo no lo cura todo, esa es una mentira que se repiten los que están desesperados por olvidar, pero sĂ consigue poner en espera los sentimientos y las emociones. Apartas los recuerdos y los recluyes en una zona de tu mente a la que, con suerte, solo accedes en esas noches en las que te cuesta conciliar el sueño. Al final, logras vivir y seguir adelante aunque sepas que hay una parte de ti que malvive como puede. Haces balance y llegas a la conclusiĂłn de que eres más o menos feliz, y procuras no mirar atrás.
Alex es como un arma de destrucciĂłn masiva, pero con encanto.
Alex es tan adicto a la tinta como en su dĂa lo fue a mis besos. Lástima que yo no fuera para todo la vida.
La nuestra es una historia larga, tortuosa, algo enfermiza, pero con momentos dulces e inolvidables. Es muchas cosas, tantas que resulta imposible que acabe nunca y, sobre todo, que acabe bien.